Las Universidades en el blanco de la subversión contra Cuba

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1.-Las universidades en el blanco de la subversión contra Cuba

 

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El gobierno de EE. UU. y los servicios especiales de ese país, en especial la CIA, consideran de suma importancia el trabajo con los estudiantes cubanos. Con ese fin dedicaron varios millones de dólares del presupuesto de la subversión para «influir de forma decisiva» en la manera de pensar de los jóvenes de la Isla.

El Departamento de Estado, la Usaid y la Fundación Nacional para la Democracia (NED) gastaron 304,3 millones de dólares en programas de democracia relacionados con Cuba desde 1996 hasta 2015.

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Los fondos de la Usaid fueron canalizados, en su mayoría, a través de subcontratistas que obtienen grandes ganancias por su trabajo con un mínimo de riesgos. La mayoría se emplea en el pago de contratos, viajes y gastos personales y una ínfima parte va a manos de los mercenarios cubanos en la Isla.

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Las orientaciones de la CIA para el año 2009 eran bien claras: penetrar las áreas de Extensión Universitaria, y reclutar o formar líderes en ese campo para que ocuparan puestos claves en esos centros.

Organizar talleres literarios, de cine, encuentros deportivos y culturales, a través de ong que funcionarían como organizaciones amigas de Cuba, a las que «solo mueve un fin altruista» era parte del proyecto, para lograrlo. Recibirían todo el apoyo necesario.

Los talleres influirían en los jóvenes, con materiales de interés, propiciando el debate de los temas tratados para ir conformando un pensamiento diferente del «oficial».

El área de Extensión, según consideraban, era una zona no bien atendida, «que contaba con escasos recursos debido al embargo». Pensaban que eso facilitaría las cosas.

Patrocinar proyectos conjuntos podría resultar interesante y efectivo para las universidades. Las ong debían propiciar el acercamiento con ofertas de viajes al exterior a directivos y académicos.

«Debemos trabajar sobre los errores, identificar a los débiles, a los que no tienen convicción firme, a los descontentos, a los que no creen, debemos apoyar el pensamiento diferente, fomentarlo. Sembrar la duda, avivar la inconformidad, exaltar los valores de la “sociedad libre”», orientaba la CIA a sus agentes y contratistas.

Otorgar premios a estudiantes o profesores que tuvieran proyectos de investigación en el área de las ciencias sociales era otro de los planes. Las investigaciones seleccionadas recibirían el apoyo material y financiero de universidades norteamericanas y latinoamericanas. Así de benéficos pretenden presentarse para subvertir el camino de Cuba.

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2.-Estados Unidos, las nuevas tecnologías y la subversión contra la juventud cubana

 

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A partir de 2004, el Consejo Nacional de Seguridad, la CIA, la NED, la Usaid, el Pentágono, el Departamento de Estado, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, las agencias de la comunidad de inteligencia, y otras fuerzas del imperio fueron lanzadas contra la Isla, operando de conjunto para cumplir la misión de derrotar de una vez la Revolución cubana.

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En el cumplimiento de ese propósito, el Instituto Republicano Internacional (IRI)  desempeña aún un importante papel. El Programa Cuba, de esa organización de la derecha estadounidense, asumió que «las nuevas iniciativas ayudan a desarrollar la capacidad de las redes de la sociedad civil, que abogan por el cambio, y aumentan el número de personas en Cuba con inclinación a participar en actividades de la disidencia».

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Leamos lo que dice George W. Bush en su famoso plan para Cuba: «Llegar a la juventud cubana representa una de las oportunidades más significativas para precipitar el fin del régimen».

El documento del Instituto Republicano Internacional,  Acelerar la transición a la democracia en Cuba,  muestra preocupación por el hecho de que el Gobierno cubano esté reduciendo su dependencia, en recursos, de EE. UU. «En particular, Cuba está tratando de pasar todos sus softwares hacia sistemas basados en Linux, para evitar la dependencia de los productos de Microsoft que, aunque técnicamente proscritos por el bloqueo, son omnipresentes».

En especial, muestran una gran inquietud por el desarrollo que Cuba pueda alcanzar en materia de seguridad informática, y todo lo que pueda significar como freno para sus planes de subversión interna. Para impedirlo, orientan distribuir, de manera acelerada, softwares y hardwares para uso de sus redes internas.

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Con financiamiento otorgado por el Buró de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado, el Instituto inició, en el año 2010, un proyecto de recopilación de softwares, referencias, noticias, sitios web, portales y recursos informativos, con el propósito de copiarlos en un puerto usb portátil y garantizar su fácil acceso. Fue el resultado de una iniciativa nombrada CiberLibre.

Los programas seleccionados, sobre todo para redes de jóvenes y adolescentes cubanos, incluyen softwares para acceder a internet «de forma segura», sin ser detectados por los servidores cubanos.

Señala el documento del IRI que «el acceso a internet se vuelve cada vez más importante para el programa… vamos a evaluar el presupuesto en este sentido y formular recomendaciones a la Usaid, con perspectivas a largo plazo más claras».

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La CIA analizó, como prioridad número uno, crear redes de acceso a internet dentro de Cuba, cada vez más extensas y con activistas mejor entrenados, y encargó al IRI desarrollar estrategias para las «organizaciones juveniles» asociadas a ese Instituto en Cuba, para que sean mejor comprendidas, tengan una mayor representación y reciban más apoyo de la población, con el objetivo de fortalecer su credibilidad y capacidad como organizaciones de la sociedad civil».

Como parte de estos proyectos subversivos, se intentó introducir en el país equipos de última generación, para ser utilizados por redes entrenadas por ellos.

El uso de las nuevas tecnologíasde la información y las comunicaciones (TIC) constituye una prioridad del enemigo en su labor de subversión interna, sobre todo en los planes concebidos contra la juventud.

Están apurados porque, como ellos mismos reconocen, la Revolución también considera el conocimiento de las TIC como elemento fundamental para el desarrollo y la defensa nacional.

 

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3.-La CIA y las redes ilegales de comunicación para la subversión en Cuba

 

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A partir del año 2007 la CIA consideró como asunto de primera importancia garantizar el acceso a internet en Cuba, sin control del Gobierno ni de las empresas cubanas de telecomunicaciones. Agentes y contratistas viajaron a la Isla con el objetivo de investigar el funcionamiento de las redes ilegales para la conexión a la televisión satelital y, a partir de estudios realizados en el terreno, proponer la forma de convertirlas en redes de acceso a internet.

Como parte del programa ordenaron poner en operación diez equipos BGAN (Broadband Global Area Network) en territorio cubano, lo que según sus cálculos permitiría reducir los gastos para otras actividades. El Instituto Republicano Internacional (IRI) recibió la orientación de evaluar su presupuesto en este sentido y formular recomendaciones a la Usaid con perspectivas a largo plazo.

Uno de los mencionados BGAN fue entregado a un agente de la CIA en La Habana para enviar diariamente, de forma segura, información sobre la capacidad del Minint y del Mincom para detectar las «antenas» ilegales de conexión a la televisión satelital. También requerían información sobre movimientos de tropas de las far en determinadas regiones del país y caracterización de dirigentes y cuadros de la Revolución.

El BGAN permitía establecer redes ilegales de comunicación para la transmisión de datos que enlazarían a su agente con teléfonos celulares y laptops en diferentes lugares de La Habana.

La CIA necesitaba información y, como realizan en infinidad de países considerados de interés para el Gobierno de EE. UU., decidieron garantizar el acceso a la red de redes, no para facilitar el desarrollo sino para afianzar el control, mediante el dominio tecnológico y de los contenidos, los estudios de Big Data, entre otros, así como desarrollar con éxito campañas mediáticas contra Cuba.

Otro elemento de suma importancia para sus planes de dominar el ciberespacio de la Isla y otras actividades de subversión y espionaje, fue la realización de un programa de encuestas, creado por el Gobierno de EE. UU. «Este proyecto constituye una herramienta de planificación estratégica que puede hacer énfasis en la atención que los dirigentes de la Isla ofrecen a temas realmente importantes para la población».

El Instituto Republicano Internacional utilizó diferentes métodos para distribuir las encuestas y recibir resultados importantes sobre estas. Se enfocó en dos audiencias generales:

1- La de la Isla.

2-El Gobierno de Estados Unidos, la comunidad internacional, socios ejecutores de su política y el público en general.

La investigación de la opinión pública que realizó el IRI desempeñó una función importante en el diseño de sus programas. Las encuestas representaron un capital intelectual de valor; sin embargo, su verdadero poder residió en la distribución eficaz de las audiencias a partir de la información recibida.

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Los resultados de las encuestas fueron analizados a puertas cerradas con funcionarios del Gobierno de Estados Unidos. En la actualidad constituyen una importante fuente de información para el Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba.

 

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4.-La CIA y el odio como arma en las redes sociales

 

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El Grupo de Acción Política (GAP), que forma parte del Centro de Actividades Especiales, división de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE. UU., realiza, entre otras misiones, análisis basados en el Big Data, procesa perfiles de los sujetos de interés y elabora planes de acción que son enviados a la Fuerza de Tarea de Internet, encargada de ejecutarlos.

Mediante el Big Data se obtiene información que puede ser usada para la labor subversiva, permite organizar mejor a las fuerzas para movilizarlas en el cumplimiento de determinado objetivo y, sobre todo, mediante la microsegmentación del público, manejan, de forma particular y específica, las preocupaciones de cada barrio, de cada familia, de cada persona.

Los analistas del enemigo pueden construir modelos capaces de predecir atributos ocultos, entre ellos, preferencias políticas, orientación sexual, cuánto confía usted en las personas con las que se relaciona, cuán sólidas son esas relaciones, todo gracias a la información que los propios usuarios suben a las redes.

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En febrero de 2018, siguiendo orientaciones del expresidente Donald Trump, se creó la llamada Fuerza de Tarea de Internet para Cuba o Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba, subordinado al GAP, que es lo mismo que a la CIA.

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Es la que se encarga de contratar a los denominados netcenters, que ejecutan las campañas contra Cuba, por medio del reclutamiento de especialistas que, a su vez, reúnen a su alrededor a decenas de cibersicarios. También tienen la misión de coordinar las acciones de las plataformas y medios contrarrevolucionarios, y de buscar colaboradores en la Isla, entre otras faenas.

En el ciberespacio existe además un espécimen sórdido, temido por muchos, el hater. El término, importado del inglés, hace referencia a aquellas personas que se dedican a acosar a otras a través de las redes sociales.

Se valen de las características físicas de sus víctimas, de la orientación sexual, de la raza, de la ideología o de la religión, para realizar su trabajo de hostigamiento. Utilizan el dolor, los miedos e inseguridades de los que toman en serio sus afirmaciones.

Algunos actúan por diversión, por resentimiento o por envidia, pero hay otros que son verdaderos mercenarios, personas contratadas para realizar campañas de descrédito o asesinatos del carácter. Por eso se les llama cibersicarios.

El asesinato del carácter, cívico o de la reputación, como también es nombrado en los manuales de guerra sicológica de varias agencias y organismos de inteligencia en el mundo, forma parte de los métodos utilizados por los servicios especiales de EE. UU. para destruir a los adversarios del imperio.

El cibersicario busca que la persona sometida a la agresión se sienta indefensa, piense que no tiene el control de la situación, se desgaste en inútiles defensas, se agote y trate de aislarse, alejarse todo lo posible de sus hostigadores. El propósito es lograr que la víctima trate de justificarse públicamente, y se autocensure, lo que no necesariamente pone fin al ataque, incluso puede ser que este se intensifique.

Utilizan el envío repetido de mensajes ofensivos e insultantes, altamente intimidatorios, hacia un determinado individuo, que incluye amenazas de daños que hacen que la persona tema por su propia seguridad; hacen circular rumores sobre alguien, para quebrar su reputación; manipulan materiales digitales, fotos, conversaciones grabadas, correos electrónicos, roban contraseñas para suplantar identidad; hacen circular noticias falsas y «chismes» crueles sobre sus víctimas; realizan chantaje económico… Nada, por deshumanizado que sea, detiene a los asalariados de la CIA.

Cuando múltiples hostigadores participan del acto del ciberacoso, la acción se llama mobbing, y forma parte de la estrategia contra los usuarios cubanos de internet, sobre todo, de las figuras públicas. Cientos de trolls, de sicarios digitales, de cibermercenarios, todos entrenados y pagados por la cia, participan en los ataques, los cuales son perfectamente planeados y cuentan con guiones elaborados en los laboratorios de guerra sicológica estadounidenses que trabajan para la Fuerza de Tarea.

Dirigentes revolucionarios, periodistas, artistas, músicos, personalidades de diferentes ámbitos de la vida social, cultural y política del país han sido sometidos a intensos ataques de este tipo.

Nadie que, en las redes, se oponga a los patrones que defienden sus pagadores, escapa a la furia de los haters asalariados. Para este fin, la caja contadora de la CIA no tiene límites, como tampoco la moral rastrera y la ética ruin de sus mercenarios.

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5.-El síndrome del engaño de EE. UU. contra quienes se le oponen

 

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Los tráilers de lo que parece ser una nueva temporada de la serie «El Síndrome de La Habana» comienzan a exhibirse en los medios de comunicación rentados. La historia sigue el guion de las puestas en escena anteriores.

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A pesar del esfuerzo de Cuba, de la comunidad internacional, e incluso de un grupo importante de científicos estadounidenses que saben que no existen evidencias sobre la posibilidad de los mal llamados ataques sónicos, vuelve la trama sesgada de la supuesta agresión a funcionarios de EE. UU.

Según refiere CNN, agencias federales de Estados Unidos están investigando dos nuevos incidentes, esta vez en suelo de esa nación, incluido uno cerca de la Casa Blanca en noviembre del año pasado, «similares a los ataques misteriosos e invisibles que han provocado síntomas debilitantes para decenas de funcionarios estadounidenses en el extranjero».

Ambas «víctimas», uno de ellos un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, supuestamente sufrieron los mismos síntomas inexplicables que el personal estadounidense en Cuba, China y Rusia comenzó a experimentar a partir de finales de 2016: dolor de oído, vértigo, fuertes dolores de cabeza y náuseas, a veces acompañados de un «ruido direccional penetrante» no identificado.

Debemos recordar que científicos británicos y estadounidenses determinaron, en 2019, tras analizar la grabación del «ruido direccional penetrante», que se trataba del eco del chillido del grillo de cola corta de las Indias.

En otro incidente narrado por un exfuncionario estadounidense, según cnn, infantes de marina en una base remota en Siria desarrollaron síntomas similares a los que insisten en acuñar, nombrar y establecer en la opinión pública internacional como el «síndrome de La Habana», poco después de que un helicóptero ruso sobrevolara la base.

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La demonización o satanización es una técnica retórica e ideológica de desinformación o alteración de hechos y descripciones, utilizada para construir una imagen negativa y justificar el castigo al adversario.

La trama de los supuestos ataques sónicos, bautizada con toda intención como «Síndrome de La Habana», sirvió de pretexto, como se desclasificó recientemente, para enrarecer seriamente las relaciones entre Cuba y EE.UU., durante la administración Trump, así como para justificar las medidas coercitivas aplicadas contra la Isla en todos los terrenos.

El nuevo equipo de Seguridad Nacional del presidente Joe Biden también ha dado a la investigación de los incidentes sónicos una prioridad máxima, dijo recientemente, un alto funcionario, según Chicago Tribune.

Bill Burns, nuevo director de la CIA, dijo a los senadores, durante su audiencia de confirmación, que llegará al fondo de los «ataques de La Habana».

No sorprende que el senador Marco Rubio alegara que el número de afectados podría ser mayor e involucraría a más de 40 diplomáticos y familiares en la Embajada de Estados Unidos en La Habana, y al menos a una docena de diplomáticos en el consulado en Guangzhou, China.

La falacia de los supuestos ataques sirve para justificar el intento de privar de combustibles, alimentos y medicinas al pueblo cubano.

Para algunos «es necesario mentir como un demonio, sin timidez, no por el momento, sino intrépidamente y para siempre (…). Mentid, amigos míos, mentid, que ya os lo pagaré cuando llegue la ocasión», dijo Voltaire.

-Sin duda, mienten sobre Cuba, sin timidez, como verdaderos demonios.

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Autor: Raúl Antonio Capote

 

 

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Publicado por: David Díaz Ríos CubaEstrellaQueIlumina

 

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