El maestro cubano no necesita enemigos… ya tiene UNO

El maestro cubano no necesita enemigos… ya tiene UNO

maestro cubano

Author: 

Como casi todo el pueblo cubano miro algunos programas de la televisión nacional. Con agrado  seguía la última propuesta de policiaco, la serie  UNO (Unidad Nacional Operativa), la cual venía ganando mi simpatía por el ritmo, la actuación de los protagonistas, las historias más creíbles de los personajes que representan a nuestros oficiales del MININT. Sin dudas un paso de avance con respecto a la propuestas anteriores. Con preocupación observé,   en uno de sus capítulos un personaje de la trama de profesión maestro y que se dedicaba al negocio de la venta de queso.  La sola referencia a la posibilidad de que un maestro no solo se involucrara  en un negocio ilícito, sino que se sospechara como asesino de una anciana , me molestaba,  pero esperaba que finalmente se resolvería el entuerto sin dañar más la imagen del magisterio cubano,  confinando en el buen juicio  del guionista y especialmente del director a quién los maestros le hemos agradecido  infinitamente en cada tribuna su talento, sensibilidad y compromiso en la realización de  Duaba, serie que  hoy es medio imprescindible en la enseñanza de la historia patria.

Con mucha tristeza e indignación  veo en el capítulo posterior como el guionista y el director de la serie se regodean en reiterar la  profesión maestro como la información principal para encontrar al ya no sospechoso  sino actor principal del asesinato. Duele e irrita la escena   “del actor maestro”  llorando pues tuvo que asesinar “para tener 500 pesos para poder llevar la novia a los carnavales”.

¿Qué necesidad había de relacionar una profesión como la de maestro con un hecho similar? La respuesta puede ser que era basado en hechos reales¿ De  ser así,  qué ganaba el programa con ser fiel a la realidad y qué pierde este país cuando lo que se necesita es enaltecer la labor y la imagen  de los maestros? En decenas de programas de este corte jamás he sabido la profesión del asesino, sin embargo  nunca sentí tanta intención de que se supiera que en este caso era maestro. ¿Ingenuidad? no lo creo.

¿Qué pensarán nuestros niños y jóvenes  cuando mañana miles de mis colegas le intenten formar la vocación de ser maestros?¿Qué sentiremos los maestros, los que seguimos cada día en el aula,  cuando uno de nuestros alumnos nos diga “¿Ser maestro, para qué,  para tener que vender queso y asesinar a una anciana por 500 pesos para llevar a mi novia a los carnavales?” ¿Cómo formar maestros, (para cuando los guionistas, directores y directivos del ICRT dejen a sus hijos y nietos en las escuelas los espere), si la visión que se da de la profesión por los medios es esta de UNO?

Es una cuestión elemental de responsabilidad social de creadores y sobre todo de directivos. No es la primera vez que se daña, intencional o no,  la imagen del magisterio en la programación televisiva.  No son pocas las preocupaciones de los educadores del daño que representan muchos de los programas de la TV a la labor educativa de la escuela.

¿No se han dado cuenta en el ICRT que los niños cubanos se van a dormir cada noche  con un animado que muestra de manera intencionada los símbolos norteamericanos,  porque el ICRT no ha podido en más de cinco años  producir una nueva “Calabacita” más animada, creativa, pegajosa para los niños de hoy?

¿No basta con que invadan nuestros hogares con la imagen peor de la cultura cubana y sus  artistas, en el mal gusto al vestir, al hablar y comportarse? ¿Por qué la mala calidad de producción de los programas destinados a las escuelas y de Universidad para todos, programas para los que fue creado el todavía llamado canal educativo y que cada vez más se separa de este propósito?

¿No es preocupante  que a cualquier horario se transmitan programas de diversas  clasificación de edades, temáticas y géneros sin importar el usuario potencial? ¿Para qué se sigue  transmitiendo la Calabacita si la programación de adultos ya es todo el día y nuestros niños y jóvenes están expuestos a programación no apropiada?

¿No es evidente el juego que le hacemos al modelo capitalista con la programación cinematográfica propuesta y la exaltación al poderío del mercado de muchos de los documentales y programas copiados que se repiten y repiten en nuestros canales como si trataran de   convencernos de que el capitalismo  es la vía del desarrollo?

¿Nadie se dio cuenta de la transmisión por meses de una campaña de “bien público” en la que  se expresa que somos una “Revolución con energía” e inmediatamente y en la misma pantalla se  convocaba a “ahorrar energía”?

¿Cuánto nos desgastamos en Educación y en la Asociación de Pedagogos para que nos divulguen fuera de la semana del día del educador,  noticias educativas, buenas prácticas, spots de educadores destacados y premios nacionales de pedagogía y  sin embargo el ICRT casi cada mes estimula a alguno de sus  trabajadores? ¿Eso no es abuso de poder?

¿Acaso olvidamos lo que representan las telenovelas como herramienta ideológica y nos damos el lujo de transmitir 5 o 6 al mismo tiempo? Hoy somos reconocidos como uno de los países de América Latina que  más consumimos telenovelas ¡qué vergüenza!

¿Cuándo comenzará a participar de verdad el ICRT en la migración a la TV digital? Ya concluyó el experimento y el pueblo con mucho esfuerzo se compra sus “cajitas”, pero, ¿cuándo llegarán los nuevos programas de Tv, cuándo la información adicional estará al día con la programación y cuando llegarán las demás prestaciones prometidas para que la inversión de la “cajita” sea rentable? No creo que sea solo un problema de inversión, no creo que las productoras “alternativas o por su cuenta” que proliferan en el país tengan más capacidad de producción, financiamiento  y tecnología que la  TV nacional. Es también creatividad, talento y ganas de hacer, en lo que llegan mejores tiempos para la inversión.

Con preocupación participo en los debates sociales sobre el llamado Paquete, pero también soy consciente de que gran parte de nuestro pueblo sabe qué pretende este engendro comunicacional, de dónde viene, cuáles son sus propósitos, pero lo usa como una alternativa para encontrar otras propuestas de entretenimiento pues no encuentra en nuestros medios y circuitos culturales la satisfacción a sus necesidades. Esa batalla se gana con educación.

Sin embargo cuando es nuestra televisora nacional, la que nos confunde (consciente o no), nos desvía del camino (intencional o no), entonces el daño es mayor, nos desarma y desalma, nos desmoviliza, nos divide y nos deja vulnerable ante el enemigo. Conozco de los esfuerzos que se hacen en el ICRT por mejorar su gestión y sé del compromiso de la mayoría de los creadores y técnicos   el sector pero son insuficientes viendo este desafortunado e injusto suceso.

El maestro cubano  (y siempre  decir maestro  es decir   Revolución)  no necesita enemigos…necesita que el ICRT cumpla aún más su responsabilidad social con la educación de los ciudadanos, sin ingenuidades, con valentía política para enfrentarse a los enredados y complejos debates   sobre la libre expresión y la libertad de los creadores y sobre todo,  firme en su compromiso mayor que es con la Revolución y  su pueblo. Elmaestro cubano lo intenta cada día… sin vender queso y bailando en los carnavales sin comprarnos ni una cervecita,  como sí pueden hacer los trabajadores del ICRT.

http://blogs.rimed.cu/maestro-cubano/2015/01/19/el-maestro-cubano-no-necesita-enemigos-ya-tiene-uno/

 

This entry was posted in Sin categoría. Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post. Post a comment or leave a trackback.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Your email address will never be published.